Retiro Covid-19. Nota 3
"La prueba de un pueblo es su comportamiento hacia el viejo. Es fácil amar a los niños. Pero el cariño y el cuidado hacia los ancianos, los incurables, los desamparados son las minas de oro verdaderos de una cultura".
Abraham Joshua Heschel
Contrasta sobremanera la actitud del primer ministro británico con la de sus homólogos europeos, en particular con el español. Este es uno de esos días en el que se manifiesta con claridad la forma en la que nuestros «líderes» interpretan la sociedad que dirigen. La sinceridad de este dirigente europeo contrasta con la gravedad de sus valoraciones. El capital por encima del ser humano, qué triste y mezquino a la vez.
Siento indignación y rabia al ver que las cosas no han cambiado mucho, quizá viven maquilladas en nuestro estado permanente de bienestar. Desde esta reflexión me asalta la duda de si seremos capaces de aprender y de tomar nota de todas las verdades que este maldito virus está revelando. Dudo si seremos capaces de convertirnos en luchadores reales después de verle las orejas al lobo tal y como se las estamos viendo.
Es momento de pensar en abierto, de reflexionar en común y de compartir las inquietudes que van surgiendo a medida que se recrudece la situación. También es el momento de determinar en nuestro entrenamiento para qué enemigo nos estamos realmente preparando y cómo pretendemos hacerlo.
Aparecen derivadas de esta reflexión las cuestiones sobre el tiempo invertido, la búsqueda de muchos en términos de efectividad técnica, la intensidad, las demostraciones de poderío deportivo, etc. Todo queda en nada si nuestros valores no crecen para hacer frente a esta situación. Si aceptamos alegremente el discurso de fondo de que nuestros mayores, los que nos han traído hasta aquí, deben morir para que todo este circo siga funcionando, entonces nuestra práctica no vale para nada, será un mero ejercicio económico o una broma gastada a los demás día tras día. Creo que lo que hemos aprendido no va de eso.
Hoy es de esos días en los que uno percibe con claridad los ángulos cerrados del camino. La parte oscura de nuestra condición humana, a la que verdaderamente debemos enfrentarnos tanto dentro como fuera de nosotros. Quizá, además de la enfermedad, nuestros enemigos potenciales son la falta de humanidad, la estupidez humana, la cobardía y el resentimiento. Difícil cóctel que remover para que lo que salga de ahí tenga algún sabor aceptable.
Quizá es el momento de poner en valor el potencial interno que tiene nuestra práctica redirigir los objetivos de nuestros programas para lograr eso, para garantizar que este tiempo invertido en el entrenamiento sirva para crecer lo suficiente para la batalla real, esa que estamos viendo ahora mismo y a la que seguro que tendremos que enfrentarnos tarde o temprano.
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