ORGANIZA TU ENTRENAMIENTO EN 5 PUNTOS
¿Entrenas un par de veces a la semana? ¿Sientes que olvidas parte de los contenidos que vas viendo en las sesiones? ¿Crees que eres el único o única al que esto le ocurre?
En esta entrada vamos, no solo a dar respuesta a estas preguntas, también te vamos a definir un modelo que hemos utilizado durante años y que es una gran herramienta para poder forjar una buena disciplina del entrenamiento personal de refuerzo fuera de las sesiones en el Wushuguan.
La cosa va de rutinas
En la medida en que vamos aumentando nuestros años de práctica, también vamos aumentando la cantidad de materias que aprendemos. Para las artes marciales chinas, estas materias están contenidas en los Taolu de múltiples formas diferentes.
Entrenar los Taolu de tu nivel es, por lo tanto, imprescindible si quieres mejorar tu expresión y comprensión del arte. El entrenamiento de los Taolu en las sesiones de práctica en la sala tiene que compartir tiempo dedicado con la preparación física, el estudio de las bases y fundamentos, los ejercicios de acondicionamiento, las bases técnicas de aplicación, los diferentes trabajos tácticos aplicativos, el combate, etc.
Esto hace que no podamos ver en cada sesión todas las formas que vamos acumulando; sobre todo en niveles más avanzados del sistema o modalidad que practicamos. Para poder, no solo recordar, sino entrenar estas rutinas fundamentales evolucionando con ellas y mejorando nuestra comprensión e interiorización de todas sus técnicas, tenemos que dedicar tiempo extra fuera de las sesiones de entrenamiento semanal.
Este es el primer escollo que nos encontramos. Nadie tiene tiempo extra para algo que pensamos que debería verse exclusivamente en las sesiones de entrenamiento. Como decía antes, es imposible abordar en una hora y media o dos horas todo este trabajo y que el resultado sea óptimo.
Esto es un error de interpretación que tiene que ver con nuestra percepción de lo que hacemos. No estamos haciendo algo que se pueda contener en dos sesiones semanales de práctica. Ese tiempo es fundamental como pilar de todo el proceso, pero tenemos que incluir en nuestra vida todo aquello que vamos adquiriendo a través del entrenamiento. Por eso a la práctica de las artes marciales se les llama “vía marcial” y por eso nos referimos a ellas como “un camino de vida”.
Entrenar los Taolu de tu nivel es, por lo tanto, imprescindible si quieres mejorar tu expresión y comprensión del arte.
Dejando esto claro, vayamos al asunto.
Un plan para lograrlo
Nuestro plan de trabajo consta de 5 puntos que te iremos desglosando en cada apartado para que todo lo que incluye cada uno de estos puntos te quede claro y sea aplicable.
Antes de comenzar te diré que es fundamental que tengas un volumen de contenidos aprendidos con los que poder trabajar. El sistema que te voy a proponer necesita que te grabes y que tengas referencias videográficas propias de aquello que has terminado de aprender. Si aún no lo has hecho, antes de que apliques nada debes comenzar por aquí.
Para ello puedes tener un disco duro dedicado exclusivamente a esto o un espacio de tu ordenador que te permita acceder con comodidad a cada trabajo sobre el que estés aplicando el modelo que te vamos a proponer.
No te agobies, y no pienses que en el pasado no había ordenadores y que la gente lo hacía de otra manera. Ten por seguro que si en el pasado los maestros contaran con estas herramientas las habrían utilizado desde el día número 1. La tecnología está para que la usemos y para facilitarnos la vida, no para ser sus esclavos. En este caso, será una herramienta fundamental para que puedas organizar de forma productiva tu entrenamiento personal.
Empecemos:
1. Estructura el calendario y el horario
Una de las claves para que esto funcione es que localices el momento posible óptimo para poder llevar a cabo tu entrenamiento. Hay muchas variantes de tiempo dedicado, pero nosotros te proponemos 4 esquemas diferentes:
a. entrenamiento diario
b. 5 días a la semana
c. 3 días a la semana
d. 2 días a la semana
Si no eres realista con esto, es muy probable que termines desistiendo de aplicar el sistema o que te frustres más de lo que necesitas. El entrenamiento estará estructurado en paquetes de 24 minutos. Si puedes hacer solo uno, ese es el tiempo que debes planificar, si vas a hacer dos pues tendrás que incluir otros 24 minutos más cinco minutos de descanso entre cada bloque. Te hablaré de esto en el apartado Nº 3.
2. Fija un objetivo semanal de trabajo
Cuando tengas definido el tiempo que le puedes dedicar, cuántos segmentos y qué días y a qué hora hacerlo, el siguiente paso es concretar tu objetivo de trabajo semanal. Para un entrenamiento de dos días a la semana y dos bloques de trabajo, puedes centrarte solo en dos Taolu.
Por otra parte, para que la variedad te estimule y favorezca la diferenciación memorística de los patrones que estás trabajando, te recomendamos que estos dos Taolu tengan esquemas muy diferentes. En nuestro caso combinamos una forma de mano vacía y otra de armas. De esta manera, también reforzamos los enlaces evidentes que suele haber en muchos de estos trabajos aparentemente tan distintos.
Recuerda que has programado el trabajo con un objetivo semanal, pero que se integra en un calendario mensual. Es decir, si haces esto todas las semanas, habrás trabajado unas 8 formas a lo largo del mes, lo cual no está nada mal.
3. Utiliza el esquema de base de rutinas 3 x 8
Este es quizá el alma del modelo que te proponemos. La idea de que dediques 24 minutos a cada bloque de entrenamiento tiene que ver precisamente con un modelo basado en la técnica de trabajo Pomodoro.
Esta técnica fue creada por Francesco Cirillo a fines de los 80. Se basa en usar un temporizador para dividir el tiempo en intervalos fijos de actividad (pomodoros) de 25 minutos. Tras cada intervalo de actividad le sigue un descanso de 5 minutos. Cada 4 intervalos el descanso se incrementa para que el cerebro esté en óptimas condiciones para seguir trabajando.
En nuestro modelo optamos por un tiempo aproximado (24´) manteniendo los 5 minutos de descanso. Este intervalo está a su vez dividido en 3 fases de 8 minutos, en las que trabajaras de forma diferente para cada una de ellas. Este es el modelo de trabajo:
Fase 1 (Activación): Revisión videográfica del contenido que vamos a trabajar. Repetimos la visualización con atención durante los 8 minutos que dura este intervalo. El objetivo de esta fase es activar las memorias que tenemos almacenadas sobre la forma.
Fase 2 (Realización): Ha llegado el momento de ejecutar el Taolu durante los 8 minutos del intervalo. Es importante que no fuerces las estructuras ya que este tipo de entrenamiento reducido no cuenta con tiempo de calentamiento. Debes definir bien la estructura, pero trabajar sin exigencias físicas importantes ya que no has preparado el cuerpo para ello.
Fase 3 (Revisión): En esta ocasión vuelves a ejecutar el Taolu comprobando detalles, revisando el vídeo que tienes de referencia y anotando todo aquello que te resulte raro o sobre lo que tengas dudas durante la ejecución. Esto te ayudará a plantear las mejores preguntas en la sesión con tu profesor o maestro.
4. Aplícalo con rigidez durante el primer mes
Sabemos que un hábito no tarda 21 días en adquirirse, tal y como se suele decir. La realidad es bien distinta. Según múltiples estudios, la creación de un hábito nuevo puede llevarnos entre 18 y 254 días de tiempo para que se inserte en nuestros patrones habituales. No obstante, existen medias aproximadas que nos sitúan el tiempo general para crear un hábito en torno a los 66 días.
Aunque todo esto son cifras generales difícilmente aplicables a cada persona en particular, es evidente que tenemos que insistir en una forma de hacer las cosas si queremos que esta se convierta en el hábito que pretendemos adquirir.
Por este motivo te he señalado este apartado con tanta contundencia. Rigidez durante el primer mes es una forma de que puedas sortear la procrastinación que acabará llegando si no estableces las contramedidas oportunas.
Una buena estrategia es que te premies con algo al finalizar la semana. En mi caso distribuyo un premio al final de la semana en porciones por cada día de trabajo realizado. Esto me permite tener un objetivo material que me impulsa cuando la cabeza intenta optar por consumir menos energía.
No tiene por qué ser algo material, puede ser hacer algo que te gusta, visitar a alguien que te apetece ver, una cena especial o, simplemente, algo que sepas que te va a reportar felicidad o satisfacción.
Recuerda sobre todo que no haces esto como un trabajo, lo haces como un compromiso personal contigo mismo, algo que reforzará tu autoconfianza, que mejorará tu técnica y que optimizará mucho más todo lo que obtienes semanalmente en tus sesiones de entrenamiento en la sala.
5. Lleva un diario básico de trabajo realizado
Hemos insistido varias veces en la utilidad de un diario. También es cierto que llevar un diario conlleva más tiempo y lo que estamos viendo aquí es cómo encajar entrenamiento cuando hay poco tiempo que rascar. En ese sentido, si no puedes llevar un diario por falta de tiempo, sí debes anotar lo que has trabajado y las cuestiones que te ha suscitado el entrenamiento.
Es muy probable que cuando asistas a la sala al día siguiente, una parte de la información que recabaste se haya volcado en espacios de tu memoria inaccesibles, o que la sesión no tenga nada que ver con lo que tú has entrenado.
Por estos motivos, tener anotado lo que has hecho y lo que te has cuestionado (un párrafo, no más) te ayudará a llevar un buen control de tu esfuerzo y apoyará la motivación para seguir consolidando el hábito de entrenar en casa para mejorar en todo.
Recuerda sobre todo que haces esto como un compromiso personal contigo mismo
Hasta aquí nuestro modelo básico de entrenamiento en casa. Recuerda:
organiza tu tiempo, cíñete al plan y premia tus logros.
Muy interesante y de gran ayuda. Tengo algunas dudas. Preguntaré en clase. Gracias