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EL CONCEPTO DE AGILIDAD CERRADA EN EL ÁMBITO DE LAS FORMAS DEL WUSHU

Cuando hablamos sin prejuicios de las formas y nos olvidamos de las referencias cinematográficas, o los modelos de estudio de Kung Fu anquilosados en la visión reduccionista y compartimentada de elementos sin aparente conexión entre ellos, abrimos un nuevo paradigma en la interpretación profunda de lo que significa un Taolu en el ámbito del entrenamiento marcial integral.


Solemos insistir en la necesidad de establecer modelos de entrenamiento que puedan mantenerse en el tiempo. También resaltamos la importancia de que estén basados en programaciones reales y efectivas, que tengan una estructura y filosofía de desarrollo holístico. Establecer parcelas de trabajos de difícil transferencia a la realidad inmediata de un suceso tan traumático como puede ser un combate de supervivencia es, cuando menos, liarse en las propias incoherencias para enmarañar una práctica que debe fluir, en conjunto, hacia un modelo unificado de percepción, orientación, decisión y actuación desde los planos estratégicos, tácticos y técnicos del estilo.



Las formas o Taolu son el caballo de batalla óptimo desde el que se definen las críticas hacia los sistemas tradicionales y, a la vez, son el nuevo paradigma del enfoque deportivo de la práctica marcial tradicional, un enfoque cuyo sentido podemos y debemos siempre poner en cuestión para mantener viva su importancia.

Denominamos agilidad cerrada a secuencias de movimientos o ejercicios en los que se repiten patrones de aceleración, desaceleración o cambios de dirección, entre otros detalles de base predefinida, que se ejecutan de una misma forma preprogramada en un mismo modelo instruccional locomotor.

El entrenamiento deportivo, es decir, el conjunto de procedimientos y programas de acciones enfocados a una prueba deportiva determinada, en el ámbito de la práctica marcial, condiciona de base la propia esencia abierta y holística que contienen los sistemas marciales tradicionales. Sabemos que la base de la práctica deportiva del Wushu, refiriéndonos a las competiciones de Taolu, deriva de los patrones dinámicos contenidos en las formas tradicionales. Sin embargo, también sabemos que un enfoque total del entrenamiento hacia la competición de formas no repercute de forma positiva y notable en las capacidades combativas del deportista.


Quizá, analizándolo en profundidad, es incluso un hándicap para un desarrollo abierto y libre de los modelos adaptativos que se pretenden. La funcionalidad y efectividad del entrenamiento dependen de que no perdamos de vista esta realidad.


Los Taolu como ejercicios los podemos definir, en términos de las ciencias de la actividad física, como patrones de agilidad cerrada o programada. ¿Qué es esto? Denominamos agilidad cerrada a secuencias de movimientos o ejercicios en los que se repiten patrones de aceleración, desaceleración o cambios de dirección, entre otros detalles de base predefinida, que se ejecutan de una misma forma preprogramada en un mismo modelo instruccional locomotor.

Extrapolar estos patrones básicos de locomoción al ámbito de los trabajos de agilidad cerrada o programada que resultan ser las formas tradicionales requiere, sobre todo, una revisión y un replanteamiento funcional contextualizado en base a la realidad de los objetivos del arte.

Actualmente se utilizan secuencias de este tipo en numerosos entrenamientos complementarios para deportes específicos. En el caso de deportes, o actividades situacionales de un carácter exclusivamente deportivo, la práctica de secuencias de agilidad programada ayuda a mejorar el gesto técnico y a optimizar los modelos de desplazamiento y gestión del espacio, gestión operativa que posteriormente habrá que transferir a la modalidad deportiva específica.


En el caso del Taolu tradicional, además de los muchos otros elementos de los que ya hemos tratado en anteriores entradas, es preciso comprender que estos procesos de agilidad cerrada quedan enmarcados en un contexto de uso imprescindible como arquetipos estructurales, no solo de la parte técnica de los sistemas, también del entramado táctico y conceptualmente funcional de todo lo que el sistema significa en términos de rendimiento, adaptabilidad, velocidad, precisión, control y desarrollo.


Solemos señalar como trabajos de optimización de los patrones de locomoción (TOPL) para el combate a todo el conjunto de posiciones, cambios de posición, direcciones de desplazamiento y acciones asociadas que aparecen de forma programada en la estructura y diseño de las formas.

Definir con precisión este conjunto de patrones nos permite afinar mucho más en el desarrollo de ejercicios complementarios para la mejora general del gesto locomotor en la forma

Estos patrones han sido definidos en el ámbito del deporte en un modelo muy limitado de 8 directrices, Jeffreys (2005), en tanto que la propia naturaleza de la definición para cada directriz se sustenta en modelos imprecisos sobre una base de generalidades. Extrapolar estos patrones básicos de locomoción al ámbito de los trabajos de agilidad cerrada o programada que resultan ser las formas tradicionales requiere, sobre todo, una revisión y un replanteamiento funcional contextualizado en base a la realidad de los objetivos del arte.


Describimos la estructura de estos patrones básicos como pilares sobre los que poder desarrollar modelos de entrenamiento de las formas más funcionales, más operativos y mucho más específicos de lo que resulta ser la mera repetición continuada, sin matices, de un mismo ejercicio o Taolu.


Esta traslación o reinterpretación de los Taolu con modelos de agilidad cerrada no debe limitar el enfoque de la práctica, obstaculizando con ello nuestro potencial de trabajo de desarrollo sobre las partes que componen cada forma, más bien nos debe permitir reducir y optimizar, de forma efectiva, las cargas de acción en el entrenamiento para poder afinar más y mejorar el conjunto del ejercicio, así como su ulterior interpretación en el ámbito del trabajo entre dos personas.


Desde nuestra perspectiva personal, y en base a diferentes análisis que hemos realizado, los patrones básicos de locomoción, dentro del modelo general de elementos que constituyen el ejercicio del Taolu, deberían ser:

  • Posicionamiento (estático y dinámico)

  • Área de movilidad (conjunto de direcciones de desplazamiento posible tanto de arrancada como dentro de la dinámica del ejercicio. Muchos sistemas tradicionales suelen referirse a este apartado como 8 direcciones.)

  • Definición de ritmos (aceleración, desaceleración, estaticidad y continuidad)

  • Transformación (de la estructura anatómica, de las posiciones, de los desplazamientos y de las direcciones)

  • Conjunto de acciones vinculadas a la locomoción (tipo de paso, tipo de salto, tipo de rotaciones y giros, tipo de acciones ofensivas/defensivas desde extremidades inferiores y tipo de equilibrios estáticos o dinámicos)

Definir con precisión este conjunto de patrones nos permite afinar mucho más en el desarrollo de ejercicios complementarios para la mejora general del gesto locomotor en la forma, así como para que la transferencia al conjunto del entrenamiento sea inmediata y no diferida, algo que siempre incrementa en cierto grado los riesgos de interferencia que comprometen la calidad del proceso.


En próximas entradas ahondaremos un poco más en cada uno de estos conceptos para ayudar a comprenderlos y para incrementar, en la medida de lo posible, el número de perspectivas desde las que enfocar nuevos modelos de programación y de sesión que incluyan estos elementos de base.

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