5 FACTORES CLAVE PARA MEJORAR NUESTRO POTENCIAL DE SUPERVIVENCIA. PARTE 2
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LA PERSONALIDAD Nuestra personalidad es el fruto de nuestro carácter, de nuestro temperamento y de las conductas que vamos adquiriendo en nuestro aprendizaje diario en la vida. Podemos decir que nuestra personalidad es una compleja interacción de nuestras virtudes y defectos, así como de nuestros pensamientos, creencias, sentimientos, tendencias y todas las características psíquicas propias de cualquier ser humano.
Existen muchas teorías sobre los factores que definen la personalidad. Algunas de las más relevantes e influyentes en el plano de la psicología moderna son la Teoría «Pen» de Hans Eysenck o la de los «16 caracteres primarios» de Raymond Cattell. Ambas establecen una serie de factores que definen un tipo de personalidad concreta
Eysenck identificó tres modelos de personalidad de característica modulada y bipolar:
• extroversión/introversión
• neuroticismo/estabilidad emocional
• psicoticismo/autocontrol
Cattell define también un total de 16 rasgos originales o primarios, representados en 16 escalas también de carácter bipolar como la teoría Pen de Hans Eysenck: afectividad, astucia, razonamiento, estabilidad, dominancia, impulsividad, suspicacia, conformidad grupal, atrevimiento, sensibilidad, imaginación, culpabilidad, rebeldía, autosuficiencia, autocontrol y tensión. Existen también cuatro factores de segundo orden vinculados a esta teoría:
• Introversión/extroversión
• Ansiedad/tranquilidad
• Susceptibilidad/tenacidad
• Dependencia/independencia
Esta gran cantidad de matices para definir cualquier tipo de personalidad nos invita a pensar que las reacciones asociadas a cada una de estas tipologías, para un caso concreto, pueden ser muy diferentes. Si nos referimos a una situación de posible agresión o de combate, situaciones de máximo estrés, las respuestas previsibles dejan de ser claras.
De acuerdo con la ley Yerkes-Dodson, los niveles de excitación ante una situación pueden llegar a afectar a las capacidades de rendimiento de un individuo. Según esta teoría, el rendimiento mejora con un nivel aceptable de excitación fisiológica o mental. Sin embargo, cuando estos niveles son demasiado altos el rendimiento disminuye.
En el siguiente gráfico podemos entender mejor esta idea:
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La zona ascendente de la U invertida se puede considerar como el efecto energizante de la excitación. El descenso representa el menoscabo producido por un estrés excesivo, menoscabo que conduce a un deterioro de los principales procesos cognitivos (resolución de problemas, toma de decisiones, atención o memoria).
Derivado del trabajo de estos dos psicólogos se ha constatado que hay cuatro factores influyentes que pueden afectar de forma significativa a la estructura de esta curva:
• la personalidad
• el nivel de habilidad
• el nivel de ansiedad
• la complejidad de la acción
Como hemos podido comprobar hasta ahora, nos encontramos con un mapa demasiado complejo como para definir una operativa global sobre sus múltiples componentes. Sin embargo, podemos observar que la complejidad y singularidad de lo que hemos denominado «personalidad» contrasta con la aparente simpleza y generalidad de lo que denominamos «carácter».
EL CARÁCTER Autores como Hogan (1973), han definido el carácter como «los motivos, objetivos y disposiciones que imprimen cierta estabilidad a la conducta del individuo frente a la sociedad». Este está configurado en base a nuestro temperamento en la interacción con las cinco dimensiones sociales básicas:
• Conocimiento de las reglas sociales
• Grado de respeto hacia las normas
• La empatía
• La autonomía
• El juicio moral
Desde muchas áreas de interés se intenta organizar y clasificar en grupos los patrones del carácter más generales, siempre con la idea de definir perfiles sobre los que actuar de algún modo. Estas clasificaciones se pueden establecer en base a su solidez (caracteres débiles o fuertes) o a cualidades tales como bueno y malo.
La evaluación del carácter no es sencilla, pero se ha establecido un cierto consenso en el ámbito de la psicología para enmarcar los diferentes tipos de carácter en 8 grandes grupos. Esta agrupación fue desarrollada por René Le Senne (1882-1954) a principios del siglo XX con la intención de determinar patrones de conducta generalizados que eran más propensos al crimen.
Aunque existen muchísimos matices y variantes clasificadoras, es interesante echar un vistazo a la clasificación y características establecidas por Le Senne que se pueden resumir en tres grandes grupos caracterológicos combinables: emotividad, actividad y emergencia. Veamos cada uno de ellos:
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